domingo, 12 de diciembre de 2010

Los trabajadores municipales deben ser parte de un proyecto de ciudad.


Desde ciertos sectores políticos se intenta instalar en la sociedad la idea de que los trabajadores municipales de nuestra ciudad constituyen un obstáculo para cualquier gestión de gobierno.


Detrás de este planteo de “mano dura contra los empleados públicos”, no solo se esconde una estrategia pragmática de intentar buscar votos diciendo lo que “la gente” quiere escuchar aunque sea de imposible cumplimiento, sino que –en el fondo- demuestra una concepción neoliberal del Estado, de la sociedad y de la política.

Los resultados de las últimas décadas, demuestran a las claras que la metodología propuesta basada en el enfrentamiento con los trabajadores está más orientada a generar las condiciones para la privatización de áreas cada vez más importantes de la gestión que a buscar un funcionamiento más eficaz y más eficiente del Estado.




Por supuesto que cada trabajador tiene que cumplir con su tarea, y los primeros que deben dar el ejemplo son los funcionarios, que también son trabajadores.  Lo que es absolutamente falso es plantear que algún trabajador va a desempeñar mejor su tarea por el solo hecho de que un dirigente los amenace desde los medios de comunicación, todo lo contrario. Este el mejor camino para generar conflictos permanentes e innecesarios en los que los verdaderos perjudicados son los vecinos y vecinas.

Desde una visión progresista debemos animarnos a dar el debate, tanto con los vecinos como con los empleados municipales, en torno a qué proyecto de ciudad pretendemos para las próximas décadas.

Si queremos un Estado ausente, que sólo se preocupe por generar posibilidades de negocios para algunos inversionistas privados, entonces tienen razón quienes plantean que los empleados municipales están de más.

Si, por el contrario, pretendemos un Estado presente para garantizar los derechos elementales de los vecinos, con dispensarios que funcionen, con escuelas de calidad para igualar posibilidades, con servicios que lleguen a todos posibilitando una mejor calidad de vida, con políticas sociales activas, con avances en los espacios de participación democrática, entonces los trabajadores municipales pasan a ser un elemento imprescindible para llevarlas adelante.

Los trabajadores deben ser parte de un proyecto de ciudad, deben sentirse protagonistas de una construcción colectiva que es imprescindible para que todos vivamos un poco mejor en la ciudad que elegimos. Debemos priorizar la participación de los propios trabajadores en el establecimiento de metas para la gestión.

Lo que decimos no es una propuesta irrealizable, está a la vista por ejemplo en la ciudad de Rosario, que cuenta con un número parecido a Córdoba en cuanto a la cantidad de habitantes y también en la cantidad de empleados municipales.

La ciudad de Rosario es valorada tanto a nivel nacional como internacional como un ejemplo de gestión estatal honesta, innovadora y eficiente; y sin embargo nunca hemos escuchado que se haya utilizado el camino de la provocación y el enfrentamiento con los trabajadores.

Los avances se han logrado a través de una gestión que valora lo público como lo que es de todos y ha logrado construir a través de la participación de distintos sectores políticos, sociales  y empresariales un Plan Estratégico que plantea un horizonte común, un proyecto de ciudad que solo puede realizarse si cada uno aporta su parte.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en que la ciudad no puede dividirse como ghetos, pero el Estado Pcial. y municipal debe satisfacer las necesidades mas urgentes que exige la sociedad y no abandonarla como lo hace desde varias decadas por la incapacidad de sus dirigentes que solo buscan el lucro propio y trabajar de politicos de por vida porque es una via facil, es por ello que el pueblo en general llego al hartazgo y les dijo que se vayan todos.
    Se debe educar al empleado municipal con la premisa de que ellos estan al servicio del ciudadano que paga sus abultados sueldos con sus impuestos y no al reves. Quienes trabajan en los CPC deben comprender que significan esas siglas para no caer en la tentacion de sentirse dioses y creer que si nos portamos mal en vez de darnos 20 numeros para realizar un tramite al dia siguiente nos daran solo 10. Educar al soberano, recuperar la etica, la palabra y los valores morales es la consigna.
    Quien o quienes le pondran el cascabel al gato.
    Atilio
    Docente y ambientalista

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